Sunday, July 08, 2007

BIBLIOGRAFIA CONSULATADA SOBRE REPRESENTACIONES E IMAGINARIOS SOCIALES:

BIBLIOGRAFIA

BERGER, P., LUCKMAN, T. (1991). La construcción social de la realidad,
Amorrortu, Buenos Aires

CASTORIADIS, C. (1980): La institución imaginaria de la sociedad. Vol 1 y 2: El
imaginario social y la institución, Tusquets, Barcelona

---------------------- (1981): Los dominios del hombre, las encrucijadas del
laberinto, Gedisa, Buenos Aires

----------------------; (1998) Hecho y por hacer. Pensar la imaginación. Eudeba,
Buenos Aires.

----------------------; (1999) Figuras de lo pensable, Frónesis-Cátedra. Universitat
de Valencia, Valencia

COLOMBO, E (ed) ; (1992), El imaginario social, Gedisa, Buenos Aires

DIAZ, E. (ed), (1996); "La ciencia y el imaginario social", Biblos, Buenos
Aires

DURAND, D; (1971), La imaginación simbólica, Amorrortu, Buenos Aires

--------------; (1981) Las estructuras antropológicas de lo imaginario, Taurus.
Madrid FARR, R. (1984). Las representaciones sociales. En Moscovici, S. Psicología
Social II. Pensamiento y vida social. Psicología social y
problemas sociales, Paidós, Barcelona

GINZBURG, C.; (1981) El queso y los gusanos. Muchnik , Barcelona.
.
IBAÑEZ, JESUS (2001) Por una sociologia de la vida cotidiana, Madrid. Siglo XXI

JODELET. D. (1984). La representación social: fenómenos, conceptos y teoría.
En Moscovici, S.Psicología social II. Pensamiento y vida
social. Psicología social y problemas sociales, Paidós,
Barcelona

LAKOFF, G., JOHNSON, M. (1995). Metáforas de la vida cotidiana, Cátedra,
Madrid.

MOSCOVICI, S. (1979). El psicoanálisis, su imagen y su público. Huemul,
Buenos Aires

------------------ (1981). La era de las Multitudes. Un tratado histórico de
Psicología de masas. FCE, México.

------------------ (1984a). The phenomenon of social representations. En Farr, R.,
Mocovici. S. European Studies in Social Psychology.
Cambridge University Press, Paris.

--------------- (1984b). El campo de la psicología social. En Moscovici S. La
psicología social I., Paidós, Barcelona

--------------- (1989). Des représentations collectives aux representations
sociales: éléments pour une histoire. En D. Jodelet (ed).
Les Répresentations Sociales. PUF, París

--------------- (1991). La Psicología Social.Vol I y II, Paidós, Barcelona


----------------(2003). "Notas hacia un descripción de la Representación
Social".(pp 67-118), Revista Internacional de Psicología
Social, No. 1, 2.. Barcelona

CONTINUANDO CON LOS IMAGINARIOS

HAGAMOS UN POCO DE HISTORIA….

Podemos afirmar que la presencia y persistencia de la noción de imaginarios sociales en las ciencias sociales y humanas se debe a las formulaciones que sostiene Castoriadis, donde enfatiza que tanto la razon como la imaginación son inherentes a todo planteamiento en cualquier ambito humano, incluso el científico. Este autor, polemizando con una simplificadora interpretación de la radicalidad de lo imaginario llevada a cabo por el marxismo y el psicoanálisis, afirma la existencia de una originaria creatividad inscrita en la imaginación que está indisociablemente ligada a la potencialidad del deseo.

Según Castoriadis, Marx y Freud han tratado de derivar la naturaleza de lo imaginario de un déficit o carencia previa que es sublimada bajo una figuración compensatoria que la suple y encubre. A su juicio, por el contrario, lo imaginario es el resultado del despliegue de una fantasía que intenta restaurar una identidad originaria del sujeto, un núcleo monádico caracterizado por una originaria indistinción de sujeto y mundo, que había sido fracturada como consecuencia de las pautas institucionalizadas de socialización que le habían
conferido una identidad racional. Así pues, la fantasía sería ese elemento genuinamente constitutivo de la psique en el que se expresaría una imaginación radical que nos remitiría a aquel estado de locura primigenia en el cual el sujeto estaba poseído por una completud de sentido. El contexto racionalista y positivista en el que se enmarca el pensamiento freudiano es el factor que, para Castoriadis, lo imposibilitaría para descifrar toda la fecundidad psicosocial de lo imaginario, es su notorio énfasis en reducir la naturaleza de lo imaginario a causas explicativas materiales lo que le impediría reconocer que la imaginación radical preexiste y preside a la actividad específicamente pulsional.


Desde una mirada antropológica, la obra de Dürand a partir de los años sesenta del pasado siglo constituye la mayor ambición teórica por desentrañar la radicalidad cultural de lo imaginario. Su intento de profundización en las estructuras figurativas sobre las que descansa lo imaginario tiene como propósito el reconocimiento de un estatuto ontológico de lo imaginario que había pasado desapercibido a las hermenéuticas reductivas, aún inspiradas en un modelo racionalista, de Freud y Levi-Strauss. De este modo, Dürand buscó superar cualquier posible formulación de lo imaginario que lo identificara a un simple epifenómeno sintomático derivado de una subyacente realidad que lo explicaría, trató de ir más allá de una desmitificadora sospecha teórica para la que lo imaginario sería una mera traducción de unas ocultas instancias que en realidad lo sostienen. Por el contrario, Dürand atribuye una consustancialidad antropológica a lo imaginario que se enraíza en su primordial función homeostática y que se despliega en cuatro niveles: Vital, Psicosocial, Antropológico-cultural y Teofánica. De manera que, piensa Dürand, a través de lo imaginario se expresaría un dinamismo que emana espontáneamente de la condición humana como resultado de una demanda por reinstaurar un equilibrio que restaure las carencias, desajustes y desarreglos culturales, o de un ansia por rebelarse y transcender, por eufemizar, su prefijado destino natural.

Lo imaginario es una dimensión esencial en toda cultura, respaldada por lo que denomina como trayecto antropológico, a saber, el incesante intercambio existente entre el deseo y la presión del medio cósmico y social. En todas las culturas, existe un régimen imaginario, universal, transcendental y arquetípico que se encuentra subyugado por la coerción del medio cultural, por una presión pedagógica, y que ansía liberarse de las constricciones que lo atenazan. Una vez que éste se proyecta, acaba finalmente adquiriendo una solidificación que frustra una emergente y novedosa demanda arquetípica, conformando, entonces, una irresoluble tensión inherente a toda civilización.

El fundamento de lo imaginario radicaría, más allá de una consideración como compensación funcional de una carencia previa al modo del freudismo, en una precondición propiamente transhistórica vinculada a una demanda por substraerse e insubordinarse al devenir temporal, a un ansia por instaurar la esperanza existencial frente a la nada. He ahí, para Dürand, en lo que descansa la función eufémica, definitoria de la imaginación, que se encarna en experiencias creadora como el arte y la religión."Porque con frecuencia se ha dicho, de diferentes formas, que se vive y se canjea la vida, dando un sentido a la muerte no por las certidumbres objetivas, no por las cosas, las mansiones y las riquezas, sino por las opiniones, por ese lazo imaginario y secreto que une y enlaza el mundo y las cosas en el corazón de la conciencia: no solamente se vive y se muere por ideas, sino que la muerte de los hombres es liberada por imágenes. Por eso, lo imaginario, lejos de ser vana pasión, es acción eufémica y transforma el mundo según el Hombre de deseo"

La esencia de lo imaginario, pues, tendría sus raíces en un onirismo que si bien es la condición fundamental del ser humano ha sido reprimido por los imperativos de la civilización. Se expresaría en la figura del poeta, del individuo presa de la ensoñación, en cuanto eco de un pasado desaparecido, de una infancia abortada. El despliegue de la imaginación, entonces, ensancharía el horizonte de lo real, alumbraría una irrealidad que, socavando los márgenes de la vida, nutriría de posibilidades a la realidad. Lo imaginario es el resultado de una proyección fantasiosa que, una vez solidificada, ilumina modos de reinvención de la realidad, constituyendo una auténtica estetización de la existencia

Los Imaginarios Sociales son aquellos esquemas conformados por representaciones sociales, construidos socialmente, que nos permiten percibir algo como real, explicarlo e intervenir operativamente en lo que en cada sistema social se considere como realidad

Castoriadis insiste en cómo nuestra específica significación de lo real está configurada a partir de un magma de significaciones imaginarias que dotan de consistencia y certidumbre a lo real, institucionalizando finalmente una definición de aquello aceptado como realidad

"Lo que hay que decir, evidentemente, es que las cosas sociales no son "cosas", que no son cosas sociales y precisamente esas cosas sino en la medida en que "encarnan" –o mejor, figuran y presentifican– significaciones sociales".

Aquello, pues, asumido cotidianamente como una inquebrantable realidad social no es más que una solidificada interpretación construida a partir de lo imaginario, el cual, de este modo, delimita un umbral de una incuestionable y aproblematizada realidad. Una vez desmoronado el presupuesto teórico que concebía la realidad social en términos de objetividad, de dato independiente del sujeto, descubrimos cómo lo imaginario se haya estrechamente implicado en nuestra misma consideración de lo real.

Podriamos citar la afirmación de Bergson, que nos dice:

"el homo sapiens, el único dotado de razón, es también el único que puede hacer depender su existencia de cosas irracionales"

Así pues, el orden de lo imaginario no debiera ser identificable al de un rango de doxa que exigiría su superación por una episteme representada por una recta razón.

A este respecto, Dürand ha señalado cómo la crítica desmitificadora de lo imaginario en nombre de la objetividad científica, propuesta por el racionalismo y el positivismo, condena al ser humano a un desencantamiento de su existencia, a una cosificadora mutilación de la dimensión creadora en la que se enraíza el ensueño y la ilusión.

"Aquí más que en ninguna otra parte, no podemos tomar nuestro deseo particularista de objetividad civilizada por la realidad del fenómeno humano. En este terreno las "mentiras vitales" nos parecen más verdaderas y válidas que las verdades mortales"

Pese a que la motivación originaria que alentara la instauración de la modernidad haya sido la materialización de una acusada planificación y administración racional de la vida social, lo imaginario ha conseguido pervivir en los confines de la institución social, en espacios sociales intersticiales que han sido reacios a su colonización por la aséptica y hegemónica razón moderna.

"La realidad –afirmal Maffesoli- es reconocida porosa, o mejor constituida de aquello que no posee realidad"

LO IMAGINARIO SOCIAL NO ES IMAGEN SINO CREACION…

Lo que, desde 1964, llamé lo imaginario social (...) y, más generalmente, lo que llamo lo imaginario no tienen nada que ver con las representaciones que corrientemente circulan bajo este título. En particular, no tienen nada que ver con lo que es presentado como “imaginario” por ciertas corrientes psicoanalíticas: lo “especular”, que no es evidentemente más que imagen de e imagen reflejada, dicho de otra manera reflejo, dicho también de otra manera subproducto de la ontología platónica (eidolon), (...) Lo imaginario no es a partir de la imagen en el espejo o en la mirada del otro. Más bien, el “espejo” mismo y su posibilidad, y el otro como espejo, son obras de lo imaginario, que es creación ex nihilo. Los que hablan de “imaginario”, entendiendo por ello lo “especular”, el reflejo o lo “ficticio”, no hacen más que repetir, las más de las veces sin saberlo, la afirmación que les encadenó para siempre a un subsuelo cualquiera de la famosa caverna: es necesario que [este mundo] sea imagen de alguna cosa. Lo imaginario del que hablo no es imagen de. Es creación incesante y esencialmente indeterminada (social-histórico y psíquico) de figuras/formas/imágenes, a partir de las cuales puede tratarse de “alguna cosa”. Lo que llamamos “realidad” y “racionalidad” son obras de ello.[1]

LO FUNCIONAL, LO SIMBOLICO, LO IMAGINARIO

La funcionalidad toma prestado su sentido fuera de ella misma; el simbolismo se refiere necesariamente a algo que no está entre lo simbólico, y que tampoco está entre lo real-racional. Este elemento que da a la funcionalidad de cada sistema institucional su orientación específica, que sobredetermina la elección y las conexiones de las redes simbólicas, su manera singular de vivir, de ver y de hacer su propia existencia, su mundo y sus propias relaciones; este estructurante originario, este significado-significante central, fuente de lo que se da cada vez como sentido indiscutible e indiscutido, soporte de las articulaciones y de las distinciones de lo que importa y de lo que no importa, origen del exceso de ser de los objetos de inversión práctica, afectiva e intelectual, individuales y colectivos -este elemento no es otra cosa que lo imaginario de la sociedad o de la época considerada[2]

[1] Castoriadis, C; La institución imaginaria de la sociedad, vol. I, (pp.9-10), op.cit.
[2] Op.cit. vol II (pp. 251-252)

LOS IMAGINARIOS SOCIALES EN CASTORIADIS

Castoriadis es el referente teórico cuando pensamos u observamos una problemática centrada en los imaginarios sociales,y al respecto el autor nos señala:
"lo imaginario de lo que hablo no es imagen de. Es creación incesante y esencialmente indeterminada (social-histórico y psíquico) de figuras, formas, imágenes, a partir de las cuales solamente puede tratarse de "alguna cosa". Lo que llamamos "realidad" y "racionalidad" son obras de ello". De acuerdo a ello, se conforma una red de representaciones que atraviesan el conjunto de lo social, construcciones que se cristalizan en las muy diversas formas institucionales, con sus reglas y funcionamiento particular, el punto de articulación entre lo subjetivo y lo social, ya que son los sujetos desde su posición relativa a un momento histórico, a una ubicación social y al propio psiquismo que desarrollarán, perpetuarán y modificarán continuamente esas construcciones de sentido. A su vez, ese imaginario es el que construye a los hombres como seres sociales, en la integración de representaciones, en gran medida a un nivel inconsciente. Como plantea Castoriadis:

"Sabemos que esta interiorización no es en modo alguno superficial: los modos de pensamiento y acción, las normas y valores y, finalmente, la identidad misma del individuo dependen de ella."

Dicho proceso tiene lugar a lo largo de toda la vida de cada sujeto, careciendo de principio o fin para la red social. Retomando en forma más o menos explícita a Jaques Lacan, el autor afirma que "los actos reales, individuales o colectivos -el trabajo, el consumo, la guerra, el amor, el parto-, los innmuerables productos materiales sin los cuales ninguna sociedad podría vivir un instante, no son (no siempre, ni directamente) símbolos. Pero unos y otros son imposibles fuera de una red simbólica". El primer lugar, es posible encontrar lo simbólico en el lenguaje, pero también en las instituciones lo simbólico se hace presente aunque estas no se agoten en él: "una determinada organización de la economía, tal sistema de derecho, un poder instituido, una religión, existen socialmente como sistemas simbólicos sancionados. Estos consisten en atribuir a determinados símbolos (a determinados significantes) unos significados (representaciones, órdenes...) y en hacerlos valer como tales, es decir, hacer de este vínculo algo mas o menos forzado para la sociedad o el grupo considerado".Todos los conceptos señalados, especialmente el de "imaginario social", son piedras angulares en la construcción teórica de Castoriadis y su riqueza y peso teóricos, convierten a Castoriadis a su principal teorico.

Friday, July 06, 2007

LAS REPRESENTACIONES SOCIALES

LOS IMAGINARIOS SOCIALES SON ESQUEMAS DE REPRESENTACIONES SOCIALES…
De esta afirmación anterior se desprende la necesidad de esclarecer la noción de representación social (RS en adelante)
Las RS se instalan como noción en el ámbito de las ciencias sociales de la mano de la formulación de Moscovici, que realiza en 1961 (en su publicación acerca de las RS del psicoanalisis en Paris), para este autor las RS son:
"Un sistema de valores, de nociones y de prácticas relativas a objetos, aspectos o dimensiones del medio social, que permite, no solamente la estabilización del marco de vida individuos y los grupos, sino que constituye también un instrumento de orientación de la percepción de situaciones y de la elaboración de respuestas"
Desde entonces, se ha pasado de la elaboración del concepto a un desarrollo de la teoría afinacada en las ciencias sociales y constituye una nueva unidad de enfoque que unifica e integra lo individual y lo colectivo, lo simbólico y lo social; el pensamiento y la acción. La teoría de las RS se ha convertido en una valiosa herramienta porque ofrece un marco explicativo acerca de los comportamientos de las personas estudiadas que no se circunscribe a las circunstancias particulares de la interacción, sino que trasciende al marco cultural y a las estructuras sociales más amplias. Y esto es asi, porque cuando los actores _referentes y objetos de estudio de nuestras ciencias sociales- hacen referencia a los objetos sociales, los clasifican, los explican y, además, los evalúan, es porque tienen una representación social de ese objeto.
Esto significa, como bien lo señala Jodelet, que representar es hacer un equivalente, pero no en el sentido de una equivalencia fotográfica sino que, un objeto se representa cuando está mediado por una figura. Y es solo en esta condición que emerge la representación y el contenido correspondiente. Considera que la noción de representación social involucra lo psicológico o cognitivo y lo social, fundamentando que el conocimiento se constituye a partir de las experiencias propias de cada persona y de las informaciones y modelos de pensamiento que recibimos a través de la sociedad.
Según Jodelet las RS son :
"Una forma de conocimiento socialmente elaborado y compartido, orientado hacia la práctica y que concurre a la construcción de una realidad común a un conjunto social"
"EI concepto de representación social designa una forma de conocimiento especifica, el saber del sentido común, cuyos contenidos manifiestan la operación de procesos generativos y funcionales socialmente marcados. En sentido más amplio designa una forma de pensamiento social.Las representaciones sociales son modalidades de pensamiento práctico, orientadas hacia la comunicación, la comprensión y el dominio del entorno social, material e ideal. En cuanto tales, presentan caracteres específicos en los planos de organización de contenidos, así como de las operaciones mentales y de la lógica. La marca social de los contenidos o de los procesos de representación ha de referirse a las condiciones y a los contextos en los cuales surgen las representaciones, a las comunicaciones por las que circulan, a las funciones que sirven en la interacción con el mundo y con los demás"
En está definición, los aspectos más importantes se remiten a la concepción de sistemas de pensamiento que nos relacionan con el mundo y con los demás, a los procesos que permiten interpretar y reconstruir significativamente la realidad, a los fenómenos cognitivos que aportan direcciones afectivas, normativas y prácticas y organizan la comunicación social, y finalmente, dotan a los sujetos de la particularidad simbólica que le es propia en los grupos sociales. En este último sentido, las representaciones sociales constituyen una forma de expresión que refleja identidades individuales y sociales.
En otras palabras, la RS, es un proceso de elaboración perceptiva y mental de la realidad que transforma los objetos sociales (personas, contextos, situaciones) en categorías simbólicas (valores, creencias, ideologías) y les confiere un estatuto cognitivo que permite captar los aspectos de la vida ordinaria mediante un encuadre de nuestras propias conductas en el interior de las interacciones sociales.
Los actores sociales conocen y re-conocen la realidad que les circunda mediante explicaciones que extraen de los procesos de interaccion y de la enciclopedia difusa de patrimonio social. Las representaciones sociales (R S) son re-presentaciones que hacen presente lo ausente y familiar lo extraño, sintetizando dichas explicaciones y en consecuencia, hacen referencia a un tipo específico de conocimiento que juega un papel crucial sobre cómo los sujetos piensan y organizan su cotidianeidad. Son las teorias ingenuas, teorias implicitas que conforma el conocimiento del sentido común. Entendiendo por entido común a una forma de percibir, razonar y actuar basada en el conocimiento del sentido común como conocimiento social porque está socialmente elaborado que incluye contenidos cognitivos, afectivos y simbólicos.
Las RS, en definitiva, constituyen sistemas cognitivos en los que es posible reconocer la presencia de estereotipos, opiniones, creencias, valores y normas que suelen tener una orientación actitudinal positiva o negativa. Se constituyen, a su vez, como sistemas de códigos, valores, lógicas clasificatorias, principios interpretativos y orientadores de las prácticas, que definen los imaginarios sociales, los que se rigen con fuerza normativa en tanto instituye los límites y las posibilidades de la forma en que las mujeres y los hombres actúan en el
mundo, en su mundo.
Antes de finalizar citamos la definición de Farr acerca de las RS, para el autor son:
“Sistemas cognoscitivos con una lógica y un lenguaje propios. No representan simplemente “opiniones acerca de”, “imágenes de”, o “actitudes hacia” sino “teorías o ramas del conocimiento” con derechos propio s para el descubrimiento y la organización de la realidad. Sistemas de valores, ideas y prácticas con una función doble: primero, establecer un orden que permita a los individuos orientarse en su mundo material y social y dominarlo; segundo, posibilitar la comunicación entre los miembros de una comunidad proporcionándoles un código para el intercambio social y un código para nombrar y clasificar sin ambigüedades los diversos aspectos de su mundo y de su historia individual y grupal” .
Y como cierre citaremos al creador de la noción, Moscovici, que concibe a las RS como :
“(...) una modalidad particular del conocimiento, cuya función es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos... La representación es un corpus organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los hombres hacen inteligible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios, liberan los poderes de su imaginación"